Sobre llevar los niños a la guardería:
Soy firmemente partidaria de llevar los niños a la guardería. No sólo por la utilidad que supone para las
madres y los padres el poder dejar a los niños allí e irse a trabajar o lo que les convenga, sino
porque allí se sientan parte de las bases de futuros aprendizajes.
Cuando los bebés empiezan a andar, los horizontes se amplían de manera
insospechada para ellos y todo lo quieren descubrir, tocar, aprehender….
Tooodo, hasta lo más peligroso…y si no, recordad las conversaciones entre mamás de “me
abre todos los cajones”, “me lo toca todo”, “no puedo dejarle nada al alcance
de su mano”. De pronto el mundo se ha convertido en un lugar (para nosotras mamás prudentes) peligroso…En
cambio para ellos se presenta un mundo maravilloso para descubrir. Todo lo
quieren tocar, a ver qué textura tiene, a ver si cuando lo lanzas al suelo hace
ruido, a ver si se puede apilar, a ver cuánto pesa, a ver qué colores tiene…Observad
a un niño pequeño descubrir el mundo, y diferentes objetos. Es apasionante,
porque todo para ellos lo es. Imaginad la cocina: ¡cuántas posibilidades!.
Ollas de metal, fiambreras de plástico, cubiertos brillantes, trapos de tela… ¡uauuuuu!. Pensad ahora en un nene que coge una
fiambrera de la cocina. Se sienta en el suelo. Observad: la coge, con esas dos
manitas y la mira: dos colores, blanco y rojo. Toca: comprueba la textura. Le
da vueltas: observa las características. La agita: no hace ruido (excepto si le
pusieras un poco de arroz crudo dentro, por ejemplo…) La golpea contra el
suelo. Finalmente, se la lleva a la boca: no sabe a nada la fiambrera esta de
plástico….Y hala, a otra cosa…. Y así
todo el día….¡tienen trabajo! Hay muchos objetos en la casa…. Para ellos todo son objetos interesantes y además, al principio no hay diferencia en su actitud
de descubrimiento entre lo que son juguetes y lo que no.
¿En qué etapa llevar a los niños a la guardería? Para mí, lo ideal es desde cuando empiezan a andar
hasta que empiezan en la escuela infantil con tres años.
¿Y por qué llevarlos, si no me
hace falta? Hay tres principales razones según mi opinión:
La primera razón es porque los niños han de jugar con otros niños. La socialización que supone para un niño pequeñito
el ir a la guardería no la va a tener si lo criamos exclusivamente en casa y
paseando por el barrio.
La segunda razón es que en las guarderías el
espacio está adaptado a sus necesidades de desarrollo. En las aulas, el espacio suele estar organizado en zonas de
juego, por temáticas, que pueden ir cambiando a lo largo del curso, según los
contenidos que se trabajen: una zona de puzzles, otra de muñecas, otra del otoño
(o de cualquier otra estación), otra de cuentos, otra para pintar… y según el
horario y programación, se deja ir a los niños a donde ellos quieren, por lo
tanto aprenden y descubren a su ritmo. Como lo hacen a su ritmo, aprenden
seguro. Aún me pregunto cómo esta idea no se aplica masivamente luego, desde la escuela infantil hasta el
bachillerato….
La tercera razón es que aunque parezca que “no hacen nada”, en realidad
aprenden hábitos básicos de higiene
y convivencia. Quizá a muchos de nosotros, adultos sabelotodo, no nos entra en
la cabeza, pero es que un niño pequeño ha de aprender a lavarse las manos, a ir
al baño correctamente, a permanecer sentados en sus sillitas cuando la maestra
vaya a contar un cuento… son cosas que vemos tan básicas y automáticas que quizá
no caemos que hay que aprenderlas. Los buenos hábitos de este tipo fomentan la
autonomía, muy deseable para estos geniales pequeñitos. Además, que sepan hacer las cosas por ellos solitos
les sube mucho la autoestima, les da seguridad, les posiciona en un estado
mental de seguir aprendiendo y seguir prestando atención a tantas y tantas
normas sociales que les imponemos… En las guarderías y escuelas infantiles se
fomenta y enseñan todos estos hábitos de higiene y buen comportamiento social.
¿Quién da más?
Pues ya sabeis… :-)
Mar Sánchez Padilla